EL HUNDIMIENTO DEL TITANIC
Ayer os contábamos algunas anécdotas sobre nuestra excursión al Perito Moreno. Hoy, afrontábamos una nueva escapada a los glaciares con fuerza, con ganas de adentrarnos en las aguas heladas del Lago Argentino, para visitar los impresionantes glaciares Upsala, Onelli y Spagazzini, esta vez desde un barco. Pero no podíamos imaginar lo que iba a pasar. A las 7.00h ya estábamos preparados para salir. Hay que decir que en las excursiones aquí vamos como rebaños de ovejas. Es increíble. El tiempo no acompañaba, ya que desde hace unos días hay mucho viento, patagónico lo llaman, de más de 140 km/h. El barco se movía demasiado. Al principio era divertido, pero poco a poco parecía que las olas se nos iban a tragar de un momento a otro. Yo (Ana) empecé a marearme, (igual que otros tripulantes, no penséis...) y durante más de media hora tuve la cabeza entre las piernas... Entonces pasó. Según relato de Dani una ola gigante chocó contra la luna delantera de la parte de abajo del barco, donde estábamos sentados, por suerte en la fila número 15 más o menos. El vidrio se ha roto sobre la gente que estaba en la primera fila, llenándolos de agua y de trozos de hielo. Por suerte no ha habido heridos. Pero el agua entraba y entraba, nos llegaba ya hasta los pies, y seguía entrando.
No ha cundido el pánico, excepto en un señor, que precavido por si las circunstancias eran adversas, se ha puesto el chaleco salvavidas. De película. Os dejamos un documento gráfico para que reviváis con nosotros este momento. Ahora queda pelear para que nos devuelvan el dinero...